El
pasado 7 de febrero acudimos los alumnos de Integración Social a la charla
coloquio de Elena Arce, Asesora del Defensor del Pueblo y experta en
inmigración.
Todos conocemos el término Trata de
Blancas que deriva a partir de las guerras mundiales dónde las mujeres europeas
eran captadas y enviadas a otros países, es una definición muy poco acertada y
que fue cambiada por la definición más acertada de TRATA y TRÁFICO de PERSONAS.
Durante la interesante charla se tratan
muchos temas y la ponente nos descubre algunos datos que personalmente
desconocía, pero antes definamos que el tráfico de personas es extenso y
variado, un negocio floreciente de las mafias dónde se utilizan a las personas
como mercancía: niños, mujeres, hombres son obligados a realizar trabajos
inhumanos, prostituirse o como donantes involuntarios de órganos con finales a
todas luces atroces. Es la barbarie en su grado superlativo. Resulta llamativo
que esta esclavitud del siglo XXI no estuviese tipificada en el código penal
hasta no hace muchos años (creo que en el año 1995). Ha tenido diferentes
revisiones (seria una larga investigación).
Este hecho contrasta con la escasa
sensibilización de las administraciones en un problema tan grave.
Resulta estremecedor saber datos como la
forma de embarcar a las mujeres en las pateras. Ellas son ubicadas por las
mafias en el centro de la embarcación para que tengan menos posibilidades de
perecer, púes son un producto de mercado muy valioso, por supuesto más que los
hombres, la explotación sexual reporta muchos dividendos.
La mujer llega al país arrastrando una
deuda inasumible y es contactada de nuevo por las mafias para seguir con su
explotación sexual.
La persona puede ser secuestrada, pero
también captadas por los engaños de una vida mejor, muchas veces son amenazadas
y aterrorizadas con la posibilidad de hacer daño a la familia que han dejado
atrás en sus países de origen. Se utilizan todas las técnicas posibles, como
religiones o creencias. Es muy complicado para estas mujeres, hombres o niños
salir de este calvario.
Por eso arrastran miedos, traumas y desconfían de todo el
mundo, incluso de aquellas personas que intentan ayudarlas.
También se enfrentan a una posible
expulsión del país al ser muy complicada su identificación. Hay un informe del
defensor del pueblo datado en 2012 dónde se hace referencia al tema de la
IDENTIFICACIÓN, nombremos algunos factores:
Confusión en la definición del delito
cometido por los captores, identificación de los mismos con sus
correspondientes temores, los plazos y los recursos manejados hábilmente por
los expertos abogados de estas mafias, hay que demostrar que no ha sido un
hecho consentido, como hemos comentado antes estas personas se sitúan a la
defensiva debido a los traumas y miedos
de su experiencia.
Hay veces que no puedo entender las
posturas laxas de los países con estos delitos. Se deberían copiar aquellas
leyes que se aplican en los distintos estados y que resultan eficaces. Por
poner un ejemplo en Italia resulta efectiva la colaboración por ley de las ONG
con el estado. Sería un arduo trabajo investigar sobre otras leyes o sistemas
de funcionamiento que se apliquen en otros lugares del mundo.
También existen trucos para ralentizar
el proceso de expulsión, la víctima está protegida durante un tiempo. Existe la
posibilidad de una concesión de periodo
de restablecimiento y reflexión, es una forma legal para que la persona se
recupere de esta horrenda experiencia y pueda exponer los hechos y quizás
alcanzar por fin un poco de paz en su interior, pero se me antoja complicado.
El poder del mal acecha en cualquier
rincón. La libertad y la dignidad solo podrán alcanzarla con mucha valentía y
sobre todo con la ayuda de las personas que creen que este mundo no puede ser
tan crudo y escabroso.
Cada grano de arena de ayuda cuenta.
Para
terminar la charla se inicio un debate que giró ampliamente sobre la
prostitución, tan vinculada a la trata de mujeres.
Por desgracia el fenómeno de la
explotación sexual reporta grandes dividendos y creo recordar que desde hace
algunos años cuenta como PIB en el país.
Un PIB vergonzoso, ahora entiendo porque
no existe demasiada voluntad por parte del estado. El lobo es el jefe del
rebaño.