Día 7 de marzo de 2018
CIPFP Misericordia.
Hace apenas un año sabía
bien poco sobre la integración social, me decidí por el ciclo gracias a ciertas
personas que me animaron y al revisar los posibles trabajos a los que podía
acceder comprobé que cuadraban con mis aspiraciones vítales y personales.
Trabajar en algo que te guste, que sientas que puedes ser útil para la sociedad
es un sueño, un objetivo, un nuevo comienzo en mi vida que puede ayudarme a
pensar en positivo.
El hecho de que la rumorología sobre las expectativas
laborales del Técnico superior de integración social fuesen ciertas me llenaba
aún más de alegría, solo hecho de que estas jornadas tuviesen lugar confirmaban
que algo se está moviendo en el sector.
LA POLÍTICA, UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA.
La primera ponencia a
cargo de Frances Xavier Uceda i Maza, delegado del Consell per al model social
Valenciá dibuja un panorama optimista porque el actual gobierno quiere apostar
por la figura del integrador social y por mejorar la situación social de los
valencianos.
La nueva ley articulada por la Generalitat, se dirige por ese
camino, igual que otras tantas que se han promulgado. La apuesta es valiente
porque el anterior gobierno de la derecha cavernícola dejó hecho unos zorros el
sistema y la financiación.
Se pretende entre otros muchos avances que existe un trabajador
social por cada 2.000 habitantes y parece que la ratio va bajando, pero aún
queda mucho camino que recorrer cuando los datos anteriores ofrecían un ratio
de 17.000 habitantes. También se apuesta por un Plan de Intervención Social,
que ni siquiera existía y que nos situaba a la cola del país, en el hazmerreír del
estado.
Esto supondría instaurar una tarjeta ciudadana dónde se pueda
aunar tanto el historial clínico como social y que la población pueda acceder a
una información útil y veraz.
Sin embargo el camino parece minado de obstáculos, el
gobierno central tumba todas las leyes autonómicas llevándolas a un ostracismo
temporal. El tribunal constitucional tan lento, tan manejable por el poder, tan
paralizado en las cuestiones que de verdad interesan a la población, dibuja un panorama
que ensombrece tanta buena noticia. Si a esto añadimos otras leyes estatales
como la diseñada por ese ser con cargo de ministro que tiene un aspecto
tenebroso, ese personaje apellidado Montoro, que firma normas tan absurdas como
paralizar las iniciativas de los ayuntamientos con superávit para que puedan
llevar a cabo sus políticas sociales; volvemos a caer en la inseguridad de la
incoherencia moral de la administración con respecto al bienestar de sus
ciudadanos.
Ante está sensación agridulce, me quedo con el azúcar que va
mostrando un camino blanco y brillante, seamos positivos y dejémonos llevar por
la magnífica información que preveé una cantidad muy apreciable de números de
vacantes en la administración para un futuro próximo, de 600 a 1.000 puestos de
trabajo.
VISIONES Y CONSIDERACIONES
SOBRE EL TÉCNICO SUPERIOR DE INTEGRACIÓN SOCIAL.
Tras las pausa del almuerzo y hasta llegar a la de la comida,
dos interesantes mesas redondas se dedicaron a desglosar los caminos por los
que puede andar un integrador social y algunas formas de trabajo que se deben
adquirir.
Se apuesta por instaurar al menos un grupo de trabajo por
barrio para atender a diferentes colectivos: desde un seguimiento a personas
mayores que viven solas y no pueden salir de su domicilio; dinamizar la vida de
las personas con enfermedades mentales; hacer un seguimiento, acompañamiento de
inmigrantes en busca de la inserción laboral; diseñar un circuito de búsqueda
de vivienda…
El grupo de trabajo es inclusivo, es decir, se ayudan los
diferentes profesionales entre sí formando un equipo de intervención en el que
cada una de las figuras profesionales complementa a la otra: trabajador/a
social, educador/a social, integrador/a social, psicólogo/a, mediador/a…
Se habla sobre la formación de equipos Atención Primaria, y
sobre la forma de trabajo del integrador, que debe pisar la calle y no quedarse
en la oficina. Palpar la realidad social a través de la Asociación de Vecinos,
los servicios de salud, las diferentes asociaciones, la atención primaria, los
comedores sociales….
El integrador social debe ser polivalente, alcanzar un
compromiso y mostrar sus valores personales y humanos; visibilizar y diseñar
programas, entramos pues en las
diferentes funciones de un integrador social.
Por supuesto se habla también de las diferentes posibilidades
de trabajo tanto pública como privadas y de diferentes reales decretos y
artículos.
Todo un mundo que debo investigar para poder mimetizarme en
un futuro.