Antes de
comenzar con la argumentación me gustaría aclarar algunos puntos:
Alabo a
todos aquellos empresarios honrados que suelen emprender y manejar con esfuerzo
pequeñas y medianas empresas. Conozco diferentes casos que ante la disolución
de su empresa decidieron finiquitar legalmente a sus empleados, sin ampararse
en estrategias de dudosa legalidad y de nula conciencia social.
Un empresario que ha sabido rodearse de
buenos trabajadores y les ha ofrecido un trato digno debería ser la norma. Por
desgracia y por mi propia (fatídica) experiencia no encontré ninguno con esas
características a lo largo de mi vida laboral.
Estadísticamente y por las diferentes
realidades de mi entorno, esta buena praxis no abunda. Los salarios bajos y la
explotación están al orden del día. Recientemente salió una noticia en los
telediarios sobre un empresario que trataba a sus empleados de forma ejemplar.
Si esto es una primicia del mundo laboral, vamos por mal camino.
LA NOTICIA
Comparando
los derechos y obligaciones de los trabajadores con los deberes y poderes de
los empresarios, resulta elocuente la desventaja de los asalariados.
La crisis permanente del sistema ha
desembocado en una merma considerable de los derechos del trabajador.
La
facilidad del despido gracias las nuevas leyes de reforma laboral, la precariedad y volatilidad del mercado
laboral, la necesidad urgente de encontrar un empleo por gran parte de los
trabajadores, pervierten el equilibrio necesario del sistema.
Los
trabajadores se encuentran con obligaciones y no tienen la capacidad de
demandar sus derechos por el riesgo de no conseguir o de perder el empleo.
Así pues,
los deberes de los empresarios caen en papel mojado que pueden permitirse el
lujo de bajar salarios, pagar en negro, realizar horas extras ilegales, no
subir las categorías de sus empleados, incumplir los pagos mensuales, no
respetar las medidas de higiene y seguridad. En definitiva no respetar la
dignidad del trabajador.
El
resumen seria: las obligaciones de los trabajadores y los poderes de los
empresarios.
SELECCIÓN DE CINE
TOO BIG TO FAIL (demasiado grandes para quebrar)(2011)
(Curtis Hanson)
Adaptación del best-seller de Andrew Ross
Sorkin que cuenta cómo estalló la crisis económica del 2008 y cómo actuaron los
poderosos ante tan inesperada situación. La historia se centra en Henry Paulson
(William Hurt), Secretario del Tesoro, y en los conflictos entre Wall Street y
el gobierno de Washington. (FILMAFFINITY).
El director de L.A.Confidential realiza
un gran film dónde podemos comprobar el verdadero rostro del poder. Las
personas que dirigen los designios del mundo se muestran lejos de cualquier
humanidad pensando tan solo en su propio beneficio.
LA LEY DEL MERCADO
(2014) (Stephane Brizé)
Después de 20 meses en el paro, Thierry, un
hombre de 51 años, encuentra un nuevo trabajo, pero pronto tendrá que enfrentarse
a un dilema moral: ¿puede aceptar cualquier cosa con tal de conservar su
trabajo? (FILMAFFINITY).
El film se acerca a la realidad y en el último
tramo del film podemos descubrir el funcionamiento interior de una
multinacional. Muy Interesante.
TIEMPOS MODERNOS (1936)
(Charles Chaplin)
Esta obra maestra del cine nos acerca al mundo
laboral utilizando el humor de forma sarcástica, logrando escenas tan
delirantes como la del frenético ritmo de una cadena de montaje o la magnífica
secuencia de la manifestación.
Chaplin superlativo, utiliza el humor para
lanzar su personal crítica al modelo económico.
Divertida, ingeniosa y crítica ¡Qué más se
puede pedir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario